SIPCA
Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés
Hemos incorporado a nuestro portal web el Inventario del Patrimonio Inmaterial de la vertiente española del Sitio Patrimonio Mundial Pirineos Monte Perdido, promovido por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y ejecutado por un equipo interdis...
Los restos de este importante conjunto fortificado están compuestos por una torre de gran envergadura y un pequeño recinto fortificado de forma ovalada que rodeaba la meseta para su defensa y del que hoy apenas pueden apreciarse restos.
La torre es de planta rectangular, con alrededor de 6’5 por casi 8 metros en sus paramentos largos, y cuenta con una altura de 10 metros aproximadamente, aunque debió ser de mayores dimensiones ya que ha perdido el remate y el muro sur.
Exteriormente la torre presenta un paramento liso, firme y homogéneo. Está construida en excelente obra de sillar ligeramente almohadillado con listel perimetral y los frentes tallados a puntero. El zócalo combina los sillares dispuestos a soga y tizón; en la parte baja de los muros, hasta una altura ligeramente superior a la de la puerta, predominan las piezas dispuestas a tizón de una media de 32 x 40 cm, con algún sillar intercalado a soga; los dos tercios superiores están realizados mediante sillares dispuestos a soga. El espesor de los muros, trabados con con dura argamasa de yeso de la zona, tiene algo más de 1’5 metros.
El acceso a la torre se realiza desde el muro oeste y está situado a cierta altura. Se trata de una portada de pequeñas dimensiones, abierta al exterior mediante un dintel bajo un arco semicircular de descarga con el tímpano hueco, solución que se repite hacia el interior.
Este acceso y una pequeña aspillera derramada en el muro norte son las únicas aperturas en los lienzos de la torre, lo cual hace que su volumen sea robusto, sobrio y compacto.
En las esquinas y en la puerta de acceso se observa la fábrica dispuesta a soga-tizón, así como algunas hiladas intercaladas en los muros con la misma técnica. Se observan sillares de mayor tamaño en el zócalo que cuenta con dos o tres resaltes para nivelar los cimientos del monumento.
Interiormente la torre muestra unos arranques sólidos y macizos y presenta signos de haber tenido dos plantas de altura; en la planta baja se observan cuatro pequeños nichos, dos en el muro este, y uno en los restantes paños que quedan en pie, sin que sepamos con seguridad cuál podía ser su función.
La Desamortización trajo consigo la ruina de muchos monasterios, rapiñas, expolios…, pero también las primeras iniciativas estatales para salvaguardar nuestro patrimonio. En 1844 se crearon las Comisiones Provinciales de Monumentos, cuyo objetivo era inventariar, recuperar y trasladar a las capitales de provincia las obras de arte más destacadas que habían quedado abandonadas en los conventos. De allí surgirán nuestros museos provinciales, uno de los cuales, el de Huesca, celebra este año su 150 aniversario.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002